Don de Loch Lomond

Don de Loch Lomond

martes, 12 de enero de 2016

Phil Collins. La batería cargada




El mundo de la música puede ser en ocasiones tan injusto e ingrato como el de la política, y no solo por aquello de la poca sesera del personal, empeñado en negar categóricamente que un artista pueda ofrecer a lo largo de su carrera trabajos mejores o menos exigentes, o incluso alejados del mundo comercial. Existen quienes jamás perdonan un fracaso (no me refiero solo a los críticos musicales), y en ellos no hay marcha atrás posible ni lugar para el perdón o una nueva oportunidad.
A principios del pasado mes de Noviembre, uno de los mayores artistas de la música Pop-Rock de los últimos 30 años, Phil Collins, quien, sin duda junto al vanidoso McCartney y al desaparecido Michael Jackson, es uno de los tres artistas que ha vendido más de 100 millones de discos por todo el Mundo, anunció su vuelta a los estudios tras aquel disco de versiones Going Back (2011), en el cual Collins reversionó temas clásicos del estilo R&B y soul característico del sello Motown.
Problemas físicos, emocionales, de salud incluso, le obligaron a abandonar la industria musical. Recuperado ahora de sus problemas y con las baterías más cargadas que nunca anuncia su regreso, disco nuevo y gira, lo que debería significar para los amantes de la música una noticia cuanto menos alentadora.
Sin embargo existe mucho cachondo suelto, e inculto musical naturalmente, y a modo de cierta guasa se ha erigido una plataforma en contra del regreso de quien ha aportado para la historia canciones a la altura de “Easy Lover” o “In the air tonight” (curiosamente dos elegidas al azar por el menda que cuentan con unos excelentes breaks de batería).

Algunos nunca perdonarán al bueno de Felipe Colinas (perdonen el cariñoso apelativo que ya saben que me encanta) que se encargara de la banda sonora de Tarzán, y que encima ganara un Oscar por aquello. Es curioso pero me vienen a la cabeza acciones parecidas a esta plataforma creada en contra de su regreso, en donde siempre se trata de ridiculizar al genio de Hounslow.

En un capítulo de South Park no sale muy bien parado el genial baterista y cantante, en el que acaba abucheado y manteado por todo el pueblo con su estatuílla del Oscar introducido en salva sea la parte. Otro momento, algo más inocente, sucede cuando en un episodio de Los Simpsons, Bart se lamenta estallando en lágrimas tras una lesión que le impedirá tocar la batería de esta guisa:”Era un gran batería y ahora no soy nadie…. igual que Phil Collins”.



Quien suscribe suele tomarse las cosas con humor, y cuando uno es una estrella mundial, está claro que viene incluído en la nómina encajar este tipo de coñas como lo que son, una burda excusa para echarnos unas risas. Pero habría cuanto menos que exigir un poco de jodido respeto cuando se trata de una estrella mundial de tan alto calibre. Qué quieren que les diga, que sí, que hay muchos temas de Phil Collins que también me parecen una puta mierda, pero eso no significa que no albergue canciones estupendas en muchos de sus discos. Nadie se libra de canciones más o menos desafortunadas… ni siquiera Los 4 de Liverpool pueden presumir de ellos, y en solitario mejor no mentar al vanidoso McCartney ni a mi añorado Lennon (35 años ya sin él… SNIFF).


Como baterista, entenderán que artistas como el protagonista de hoy, gozen de toda mi simpatía. Ya es harto difícil y complicado dominar un instrumento que requiere habilidad y coordinación y llegar a formar parte de un gran grupo, como para encima no conformarse con ello y querer ir más allá. Siempe he apreciado en Phil Collins esa habilidad para utilizar breaks de batería que a simple vista parecen sencillos pero que alcazan la belleza de la rotundidad. Tanto en sus interpretaciones como con los músicos que ha trabajado. En sus actuaciones en solitario, a la hora de interpretar un solo de batería, en muchas ocasiones ha ofrecido interpretaciones a dúo muy interesantes con originales contratiempos en lugar de dedicarse a hacer simplemente ruido mostrando su técnica.

La anteriormente mencionada “Easy Lover”, que compuso y produjo para Philip Bailey, y que ambos convirtieron en éxito en majestuoso dúo, es una obra de arte que serviría sin duda para la formación de un baterista novel. Si existe un tema en el que un buen batería muestra sus habilidades y el sentido de tan peculiar instrumento, sin duda éste estaría entre los primeros.
Destacaría sin duda su buen hacer para las versiones, consiguiendo un gran resultado en el “You Can’t Hurry Love” de The Supremes o en el “True Colors” de Cyndi Lauper.
Desde esta carnicería le damos la bienvenida sin duda al cantante-baterista con la batería cargada, en todos los sentidos, e incluso les adelantamos que sazonaremos su nuevos disco con acierto para ofrecerles a nuestros clientes una crítica en cuanto caiga entre nuestros cuchillos. Lo dicho, humor el que quieran, pero no dejen por ello de perderse a uno de los grandes.

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lunes, 4 de enero de 2016

Reivindicando los 90

En esta ocasión me gustaría afilar mis mejores cuchillos y ofrecerles, a falta de carne de Cobe, reflexiones fileteadas únicamente musicales, practicando el aconsejable ejercicio de remover la memoria para poder valorar en su justa medida la importancia de la música. Y ello, sin que el empacho de esta singular carnaza no sea mal visto por el último informe anticárnico de la OMS.
los 90Se preguntarán asombrados los clientes de tan insigne carnicería si quien suscribe es de la opinión de que no valoramos la música hoy en día en su faceta más relevante. Pues sí amigos, tan innegable como cierto sería afirmar que tras la revolución de Internet todos tenemos acceso a la música de manera rápida y gratuita, y esto es algo tan positivo como importante, pero justo sería afrontar el desvirtuamiento de la calidad sentimental que esta nos evoca.
Desde luego, pagar 3.000 pesetas de la época por un disco era cuanto menos excesivo. Es algo comparable a 70 u 80 euros en la actualidad. Mucho esfuerzo, muchos fines de semana sin salir… pero hace siglos que no experimento una sensación tan especial como aquella en la que llegaba a casa tras mi paso por ITACA, la añorada tienda de música que conseguía las delicias musicales de los pacenses.
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Un disco era un pequeño tesoro que te bebías en sorbos de emoción. La carátula, los créditos, las fotos, y una y otra vez a repasar cada pista, para escuchar el pequeño detalle del bajo en la séptima canción y el solo de guitarra de la intro.
Siempre se recuerda la década de los 80 como una de las más especiales y añoradas, pero a mi me gusta especialmente reivindicar los 90, y recordar, en cada momento que tengo ocasión, cuando cada viernes de fin de semana salíamos a lu búsqueda de aquellas nuevas tendencias que nos llegaban principalmente de EEUU, el Reino Unido, en incluso aunque en menor medida también de dentro de nuestras fronteras estatales y regionales.
los 90La importancia de aquellos garitos entrañables, como por ejemplo, El Inerzia, situado en la legendaria y céntrica “Calle de los bares” es inestimable. De acuerdo que el equipo de música casi siempre estaba precintado por la Policía (aunque ello no significara que no se usara por tan insignificante eventualidad), que existía un serio problema con el extractor de humos (yo creo que el problema es que realmente no existía) y que aquellos chupitos con los que obsequiaba la casa conseguían acabar de un plumazo con cualquier signo evidente de obstrucción intestinal. A cambio, nos proporcionaban la posibilidad de escuchar una y otra vez el “Buddy Holly” de Weezer, el “Black Hole Sun” de Soundgarden, el “Rape Me” de Nirvana, el emocionante “Shine” de Collective Soul o especialmente el momento favorito de la audiencia: “Do What They Told ya” de los antológicos Rage Against The Machine, el cual era coreado por toda la congregación parroquiana con una adaptación españolizada del estribillo que decía algo aproximado a “¡Que me chupes la chocha!” en lugar del “And now you do what they told ya”.
Que importante era en aquella época tener amigos que contaran con la singularidad de sintonizar la MTV para poder acudir a su casa con cualquier excusa, y deleitarte con el video clip de Blind Melon, aquel maravilloso “No Rain” que aún hoy emociona. Tus afortunados amigos aceptaban resignados aquellas absurdas y “casuales” visitas, y ya te tenían sintonizado el canal, aquello era solidaridad y alta camaradería, que también la encontrábamos en  pequeños gestos que hoy se han perdido.
Jamás se les ocurría a una pandilla de amigos hacerse todos con el mismo CD, aquello era absurdo y poco práctico, significaba desperdiciar tiempo y dinero. Así que si uno se hacía con el Nevermind de Nirvana, cualquier otro se compraba el último de los Red Hot Chili Peppers y tu el Dookie de los Green Day. Unas pocas de cientos de pesetas y las cintas de cassete regrabables de cromo del PRYCA proporcionaban un maná de cultura y sensaciones musicales que nos bebíamos insaciables.
los 90Todas las décadas son especiales, sin duda, y todas han otorgado maravillosa música y maneras de entender y disfrutar la vida, pero los treintañeros que nos vamos acercando peligrosamente a los 40 creo que la sentiremos siempre de un modo especial. Ahora, si una canción te parece interesante, en pocos minutos la obtienes de manera gratuíta, si quieres todo el CD, e incluso la totalidad de la discografía. Sin lugar a dudas ello es algo muy grande, pero que quieren que les diga, será que en el fondo soy un sentimental.
Mientras preparo y despiezo la carne, en mi Radio-cd Sony, adquirido en Sonido Rubio en el año  1994, suena un cd de temas varios de los 90. Es el momento del “Tonight, Tonight” de Smashing Pumpkins y al carnicero comienzan a resbalársele lagrimillas por su (ya no tan) joven rostro. ¡Y luego dicen que los 90 fueron una mierda!
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sábado, 2 de enero de 2016

Extremadura. 20 años no son nada



Nací en 1978. Buena cosecha la de aquel año, el de La Constitución, y un año antes del denominado baby Boom del 79, año Internacional del niño. A los nacidos a finales de los 70 y principio de los 80 nos tocó contemplar de mocosos, y preadolescentes primero y ya adolescentes y jovencitos después, dos grandes décadas, los 80 y 90, que ofrecieron mucho a nivel musical.

¡Pero no solo de escuchar música vive el hombre! ¡Era tanto lo que iba llegando desde dentro y fuera de nuestras fronteras! Ahora lo pienso y me parece increíble cómo desde nuestra región pudieron darse tan grandes dosis de inquietudes musicales, cuando ni siquiera disponíamos apenas de alguna que otra pequeña tienda de discos en alguna de nuestras ciudades. Como imaginarán, ni asomo de Internet. Cada cual se las ingeniaba como podía, y era raro que aun así no existiera en cualquiera de nuestras pequeñas poblaciones al menos una docena de grupos o bandas de música, inspirados por muy diversas corrientes musicales.

Siempre se hablaba de Cáceres o pueblos como Montijo, y no digamos de Mérida cuando se gestó aquel maravilloso estudio de Jammin, que muy pronto se convertiría en particular Meca de peregrinación para todos aquellos grupos que soñaban con ofrecer un sonido digno de ser reproducido en nuestros modernos radio casettes.




Pacense de toda la vida, no creo que tuviera más de 11 o 12 años cuando escuchaba en las radio fórmulas, o visionaba en los programas de éxito de la televisión nacional triunfar a unos paisanos Tam Tam Go!, quienes arrasaban cantando en inglés, anticipándose a los indies de principios de los 90. Todos habíamos escuchado hablar de grupos antológicos como los Acción Rock Band, del reciente y lamentablemente fallecido Enrique Fernández Medina, o incluso esos famosos Play Boys de los que tanto hablaban la generación de nuestros padres.

En Badajoz, a finales de los 80, todas las jovencitas se morían por los Simple Coincidencia. Era uno de tantos grupos a los que había podido ver actuar en los Súper 1 de la Cadena Ser, que se organizaban en la plaza de los Conquistadores, en donde era bastante habitual, especialmente en fechas veraniegas, que se organizaran saraos de consideración con grupos a nivel nacional, y por supuesto siempre con la inclusión de grupos de la tierra.

 
Parece mentira pero en aquella época existían más iniciativas que ahora. Desde bien joven mordí el anzuelo envenado de la música, y a los 13 años ingresé en mi primer grupo, Cuarto Menguante, de claro corte pop español, similar a algunos otros de la ciudad como podían ser, por ejemplo, Situación Límite, de los hermanos Pereda.

En ese primer año (93-94), recuerdo no haber presenciado menos de una veintena de conciertos entre cafés teatro (En Badajoz estaba muy de moda el Sting, en donde un grupo tocaba durante un fin de semana completo) o multitud de garitos en donde se celebraban barriles o fiestas privadas, en donde era más que habitual que algún grupo de la ciudad amenizara la ocasión. Ni qué decir de los días del Centro en cada Instituto pacense, gran ocasión para ver grandes grupos con escenarios y equipos de sonido de verdad.




Se sucedían los concursos de grupos locales, en los 40 y en la cadena 100. Precisamente, en junio del 93, se organizó un concurso de grupos de pop Rock, cuyos finalistas actuaron en el viejo Vivero de Badajoz con Mikel Erentxun como fin de fiestas. Ahí ya destacaban, entre otros, Vanagloria, que venían de Mérida, de donde también eran Bajos Instintos, o Los Desahuciados de Armando Mazuecos (quien provenía de Su Graciosa Majestad de Jerez de los Caballeros). Seguían saliendo grupos a los que veíamos en los super 1 y en diferentes actuaciones: Masadá, Titanic, Katarsis, Dirección Sur, Teddy Bear, Johny Be Good, Toque de queda o Los Aliados del Viento, que llegaban de Almendralejo. Grupos como Sínkope, de Quintana de La serena, o Inlavables de Badajoz, eran ya entonces unos clásicos del rock regional. Comienzan a sonar The Animal Crackers en Radio 3 y Los Aviones presentan su primer disco en el viejo Teatro Menacho.




Estábamos arrancando la nueva década de los 90 y se sucedían multitud de iniciativas para los grupos. El Circuito Regional de Cociertos (C.R.C.), Los Camiones de La Junta, Artistas en Ruta, las Giras de la Diversidad, arrancan los festivales encabezados por Contempopránea y más tarde con Zorrock y Musiberia entre otros. A partir del 96, una nueva revolución de grupos: LICH, Violent Popes, The Wichards, No Fishing, Syba, Full de Ases, Juego Oculto, Pimientos verdes fritos, Fantic, Geisha, Left Brothers, Darksound, Generación Pelele, Super 8... La lista es interminable.




Hoy en día ya no hace falta gastar una cantidad indecente de dinero para obtener una maqueta o demo, y gracias a Internet ni siquiera hace falta mandar vía postal tu música, ni siquiera colgar carteles anunciando conciertos. La lista de grupos hoy es tan interminable y variada como entonces, pero habría que recuperar muchas de aquellas iniciativas que, especialmente con apoyo institucional, ayudaron a crear un gran movimiento musical en nuestra región.

¿Por qué desapareció todo aquello? ¿Por qué aún nadie se ha preocupado de recuperarlo? Creo, sin lugar a dudas, que 1996 fue el año de partida. Estamos a las puertas de 2016, y 20 años no son nada. Veremos si las instituciones son capaces de volver a otorgar a esta región una nueva oportunidad para músicos, público, promotores y tantos otros que viven por y para la música.

Publicado en LaCarne Magazine en Octubre de 2015

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sábado, 14 de noviembre de 2015

LICH confirma su presencia en Parque Sonoro 2016



La recordada banda pacense LICH ha confirmado su presencia en el Festival ParqueSonoro 2016, en cuya edición se pretende homenajear al festival de Puebla de la Reina Zorrock con la actuación de alguna de las bandas que actuaron en sus ediciones. Aparte del cuarteto pacense formado por Chuli (Jesús) García, Luis Gragera, Óscar Vadillo y Enrique Falcó, quienes actuaron en la edición del 97 y 98,  también han confirmado de momento su presencia la famosa banda cacereña Bloomington.

Como muestra presentamos el video de la famosa canción de LICH “La Casa de Colores” editado por Alfonso Búrdalo Gimenez.





Publicado en LaCarne Magazine en Septiembre 2015

jueves, 1 de octubre de 2015

Cosas de Música. Mike Oldfield (Man On The Rocks)

Lucas Spiller y Mike Oldfield disfrutando en la grabación de Man On The Rocks


En esta ocasión en Cosas de Música nos detenemos a escuchar algunos de los temas del último disco de Mike Oldfield, más conocido por Da Silva y un servidor como "Miguelito Campoviejo".

Para su último disco ha contado como vocalista con un joven talento, Lucas Spiller, quien realiza un trabajo soberbio.

Da Silva y Falcó en pleno Selfie durante la emisión... ¡les gusta el riesgo!


No dejen de escuchar su último disco ni de aprender algunas curiosidades en nuestra sección. Ahí va el audio del programa. ¡nos vemos, nos oímos, en dos semanas!



 

domingo, 27 de septiembre de 2015

Extremeños anticatalanes

 

El hecho de que Gerard Piqué sea en ocasiones algo más gilipollas de lo habitual no autoriza a cualquier hijo de vecino a insultarlo por sus ideas soberanistas. Si no me equivoco en este país es legítimo que uno pueda sentirse catalán, madrileño, pacense o segoviano, incluso por que no, alentejano, como mi menda, quien sigue sin comprender cómo la frontera más absurda y antinatural del planeta nos separa a una gran parte del país de unos hermanos portugueses que sin duda presentan más singularidades comunes a nosotros que naturales diferencias.

A los profesionales, sean futbolistas, médicos, croupiers, albañiles o periodistas habría que tratarlos por lo menos con un poco de jodido respeto cuando desempeñan una profesión para ganarse con mayor o menor fortuna el sustento de los suyos, y de la misma manera Piqué tiene todo el derecho del mundo a sentirse catalán y jugar en la selección española ya que con Cataluña, como sería su deseo, no puede hacerlo. De la misma manera que en su día Javier Clemente, declarado públicamente como independentista vasco, se puso al mando de la selección española con la misma profesionalidad que si lo hubiera hecho ante la de Inglaterra, Italia o Senegal.

Si algún día, los vientos del caprichoso destino me impulsaran a abandonar esta bendita tierra (el diablo me confunda si así sea) tengan la seguridad que no ocultaré el amor hacia mi región, mi ciudad y los míos, ya me estableza en Sevilla, Mónaco, Londres o L'Hospitalet de Llobregat, y ¡Ay del que se atreva si quiera a mirarme con celo o ponerme mala cara por mostrar lo más profundo de mi corazón!

Los sentimientos catalanistas de Pep Guardiola, por señalar algún otro ejemplo, deberían alcanzar los mismos niveles de interés general a la opinión pública que mi aversión a las judías blancas con chorizo a la hora de juzgar a un profesional cuya valía está fuera de toda duda.

Pero es que el deporte no es más más que la punta del iceberg, por aquello de que en este país interesan más los aspectos deportivos y los abdominales de Cristiano Ronaldo que la tasa de paro o los últimos resultados de la EPA.

No se si ustedes lo vienen notando también, pero lo que es a un numeroso grupo de nuestros paisanos extremeños, el tema catalán les escuece sobremanera, como si nuestras bellotas, encinas o parajes naturales dependieran de ello. La mayoría parece mirar hacie el Penedés con recelo y cierto complejo de clases cual antagonista de pacotilla de cualquier superproducción cinéfila, como si nos erigiéramos en los grandes defensores de una patria por la que nos desvivimos mientras ella nos devuelve todo... por el mismísimo.



De acuerdo que a nadie le gusta que le tomen el pelo o le falten al respeto. Y se han sucedido numerosas y lamentables acciones por uno y otro lado. Existen situaciones que siempre me parecerán ridículas y que denotan una total falta de sentido común. La susceptibilidad de algunos independentistas catalanes de primer nivel rozan en ocasiones el esperpento y la verguenza ajena, pero no menos que las respuestas cargadas de odio, ignorancia y estupidez que se producen en ocasiones desde la capital o el suroeste de la península.

Recurrir a los estereotipos es tan absurdo como ridículo, y lo dice alguien que tiene amigos catalanes que son Lucky Luke sacando la cartera a la hora de pagar y eruditos e instruídos extremeños que son capaces de escribir doscientos poemas del tirón sobre la ingratitud humana mientras escurren el bulto para no invitarte a una maldita caña.

Que personalmente me parezca muy poco práctico pretender poner fronteras ahora que somos más que nada europeos no me da derecho a definir de una u otra manera a una región de más de siete millones de personas, en la que por cierto, tantos extremeños emigrantes tendrán algo que decir. Que los problemas se arreglen hablando, y votando, y cumpliendo la ley, partiendo de la premisa de que una ley puede cambiar otra ley, y no hay por qué hacer drama alguno sea cual fuere el resultado. 

 

Que no se le ocurra a alguno de Cornellá o Girona venir a decirnos si los de Olivenza tienen que sentirse Portugueses o Españoles, o si verdaderamente Elvas y Badajoz deberían unificarse como una gran ciudad transfonteriza o incluso si deberíamos adoptar el portuñol como idioma oficial. 

Por lo tanto que mis paisanos se relajen con ese sentimiento anticatalán que parece absorverles, y que dejen de mezclar futbol, con política, estereotipos y gilipolleces varias que finalmente ofrecen la evidencia de que tanto extremeños como catalanes ostentamos un gran número de ignorantes, catetos y merluzos que no tiene por qué denigrar la exquisita población del resto de sus civilizados conciudadanos.

Y por cierto... como nos mola a los extremeños cuando un catalán (de mierda que dirían muchos) como Pau Gasol se sale en el Europeo de baloncesto con la Selección Española. ¡Somos de lo que no hay!

sábado, 26 de septiembre de 2015

Cosas de Música. Bajistas-Cantantes


Como estreno de la nueva temporada en nuestras curiosidades musicales hoy hablamos de bajistas-cantantes, recordando a algunos excelentes cantantes que han elegido un instrumento tan singular y tan difícil y complicado para acompañarse cantando.

Escuchamos a Jermaine Jackson, Paul McCartney y Sting. Recordando también a nivel nacional a David Summers y también tocando el corazoncito extremeño al gran Nacho Campillo.

Os recuerdo que en esta temporada la sección será cada dos martes en donde siempre, Cosas que Pasan en Canal Extremadura Radio con nuestro amigo José María Da Silva. ¡Qué disfrutéis el audio!